viernes, 6 de abril de 2012

La dinámica materializadora de la realidad

La realidad que percibimos posee un componente visible, fìsico, material y un componente invisible, espiritual, virtual. Todo lo que es, es resultado de la dinámica que materializa el mundo invisible en mundo visible, palpable.

El tiempo está dividido en dos instantes dentro de un mismo momento, el ahora y el instante previo a la materialización. El ahora es el resultado material de la dinámica de materialización del instante previo perteneciente a lo invisible, donde sucede la idea, donde actúa la voluntad, la pasión, donde está el sentimiento.

Una dinámica que constantemente materializa el resultado de integrar la información invisible proveniente de los astros con la del entorno geográfico y con la de la entidad que la observa. Un proceso cuyo fin es iniciar y enriquecer un proceso de materialización como el que acaba de finalizar.

La dinámica de materialización está muy bien entendida por la élite minúscula que domina el mundo material y actuando directamente sobre el mundo invisible, han estado viviendo en el mundo que ellos idearon desde ya hace muchos años de existencia en la tierra. Introdujeron esquemas, escalas de valores, arquetipos y modelos de reacción que permiteron la anulación gradual de los procesos de pensamiento, análisis y discernimiento individual, incrementando las reacciones por imitación ante una autoestima debilitada y un criterio empobrecido. Resultaron con el control de las voluntades de la mayoría, al tener control sobre su felicidad, las motivaciones y los deseos, alimentando de la dependencia de las masas para lograr el mundo que lograron.

Por el momento lo lograron.

Como parte del pulso cósmico, la tierra se introduce una vez más en la banda de fotones y vuelve a ser irradiada directamente por las emanaciones provenientes del centro de nuestra galaxia. Toda esta información está siendo incorporada a nuestros entornos y asimilada por nosotros como resultado de la dinámica de materialización que nos mantiene vivos en esta realidad.

Cada momento recibimos la información que necesitamos para vivir una vida infinitamente feliz movida por el amor hacia nosotros y hacia lo que nos rodea.

Si prestamos atención al momento presente, podremos comprender que nuestras mentes tienen control absoluto sobre el instante previo a la materialización y que son nuestras mentes las responsables de nuestros estados emocionales con los que alimentamos al entorno invisible que nos rodea, nuestro lugar geográfico, nuestra comunidad.

La clave en todo el proceso es prestar atención. Prestar atención a donde nos encontramos, a lo que estamos haciendo, a cómo nos sentimos y qué queremos, en todo momento, a darnos cuenta que todo lo que hacemos proviene de un pensamiento, todo lo que existe, todo lo que es, provino de un pensamiento.

Somos cocreadores constantes de la realidad que vivimos porque así la creemos posible, así la aprendimos y así nos relacionamos, así la afrontamos. Estamos en constante enviar y recibir información hacia y de nuestro entorno, hacia y de todo lo que existe, los animales, los vegetales, las piedras, las cosas, los demás, las empresas, los colectivos, las comunidades,  todas provienen de una idea y nos nutrimos de nosotros mismos. Es la dinámica materializadora que lo hace posible, que toma de lo invisible colectivo y lo hace físicamente posible.

Si queremos tomar control de nuestra realidad, tenemos que tomar el control de nuestras mentes y asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos. Prestar atención al momento presente y actuar sobre el instante previo a la materialización.

De ese estado mental controlado y asumido personalmente se trata el empoderamiento ideal, cuando logramos controlar la dinámica de materialización desde el instante previo, desde la idea y el pensamiento que la origina, cuando por amor asumimos honesta y responsablemente nuestro aporte al entorno común invisible del que formamos parte, cuando por amor decidimos aportar más de nuestro mejor esfuerzo por ser quienes realmente somos y atender al llamado de nuestras conciencias y ejercer libremente el trabajo que nos apasiona hacer, con la satisfacción de estar compartiendo recursos para la cobertura de la necesidad de los demás y con la plena confianza de que nuestras necesidades son y serán cubiertas siempre en el mejor momento.

De nuestra capacidad de prestar atención y gestionar nuestra capacidad de amar, controlar, asumir, aportar, atender, ejercer y compartir ante la dinámica materilizadora, dependerá el tipo de gozo y felicidad que obtendremos como resultado del proceso de la materialización en nuestras vidas. La dinámica materializadora calcula nuestro nivel de integridad y tendremos resultados a partir de esa medida. Seremos plenamente íntegros cuando hagamos lo que decimos y digamos lo que pensamos. Si controlamos nuestros pensamientos y reducimos la brecha entre lo que pensamos y lo que hacemos, tendremos control sobre lo que la dinámica materializa ante nosotros.

La naturaleza nos provee de recursos y un sistema, sólo depende de nosotros implementar el sistema que nos permita vivir una realidad ideal, desde la idea, construida por todos, desde nuestros perfiles reales hasta nuestros perfiles ideales, formada por el punto de vista de todos los que la componen, donde todos ejercen sus más profundas pasiones y tienen cubiertas todas sus necesidades, donde cada aporte individual enriquece el entorno al que pertenece, donde todo suscede en el mejor momento. Una realidad de empoderados ideales, desarrollándose a través de la confianza en sus capacidades y desarrollando a su vez a los entornos directos a los que petenece, su comunidad, sus comunidades.

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